Arabi: Rabat ha ejercido una enorme presión para condicionar al Gobierno español

JAYRO SÁNCHEZ

El Frente Polisario cumple hoy 50 años desde que se fundó en Maurtinaia un 10 de mayo de 1973. Hablamos con Abdulah Arabi, delegado del frente en España, sobre la situación en el Sáhara Occidental tras el drástico cambio en la postura del Gobierno español, que en marzo de 2022 respaldó la posición de Marruecos en el conflicto. Arabi trabajó en la Comisión Saharaui para el Referéndum (COSAR) en el marco de la ONU hasta 1995. Desde entonces, ha ocupado diversos cargos de responsabilidad dentro de la organización en territorio español. 

Hace poco más de un año que el presidente Pedro Sánchez envió al rey Mohamed VI la famosa carta en la que reconocía el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara como «la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo». ¿Por qué cree usted que lo hizo?

Creo que es evidente que esa decisión es consecuencia de la política de chantaje y manipulación que el Gobierno marroquí viene ejerciendo sobre España desde finales del año 2020, cuando el expresidente estadounidense Donald Trump reconoció sus planes con respecto al Sáhara Occidental.

Como hemos visto durante estos últimos meses, Rabat ha estado ejerciendo una enorme presión para condicionar el posicionamiento político del Ejecutivo español a través del lamentable uso de los flujos migratorios y de otras estrategias similares. Y, al final, ha conseguido que el presidente Sánchez tomara esa decisión en contra de las normas más elementales del derecho internacional.

El Sáhara es un territorio pendiente de descolonización y España, que sigue siendo la potencia encargada de administrarlo, debe organizar un proceso electoral con garantías en el que el pueblo saharaui pueda ejercer su derecho a la autodeterminación.

El señor Sánchez ha roto la tradicional política española respecto a esta cuestión, y, desde mi punto de vista, el rechazo a su postura desde las Cortes, la sociedad civil y los demás partidos políticos es unánime.

«NO ES NORMAL QUE UNA DECISIÓN DE ESE CALIBRE SEA TOMADA DE MANERA UNILATERAL POR UN PRESIDENTE DE GOBIERNO Y SU MINISTRO DE EXTERIORES» 

Durante el pasado mes de mayo, The Guardian informaba de que Marruecos había intervenido los teléfonos móviles de Sánchez, su ministra de Defensa, Margarita Robles, y otros altos cargos con el programa de espionaje Pegasus. ¿El cambio de postura de España podría vincularse de alguna forma a estos hechos?

Según las informaciones que nos llegan a diario, parece que sí. Este asunto está siendo analizado en el Parlamento Europeo, pero en España se ha evitado la creación de una comisión que lo investigue a fondo.

Nosotros tenemos claro que hay una relación entre los dos acontecimientos, ya que no es normal que una decisión de ese calibre sea tomada de manera unilateral por un presidente de Gobierno y su ministro de Asuntos Exteriores. Ni siquiera sus socios de coalición están de acuerdo con ella.

Además, tengo que insistir en la idea de que esta nueva política no está respaldada por el derecho internacional ni por la posición que han mantenido los anteriores ocupantes de La Moncloa.

En julio de 2021, el presidente decidió renovar su Gabinete. La exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, cedió su puesto a José Manuel Albares. ¿Este cambio de cargos puede encerrar un significado más profundo?

Como decía antes, Marruecos lleva casi tres años presionando a España para que reconozca su ‘soberanía’ sobre el Sáhara. La exministra Laya siempre se resistió a este chantaje, y situaba la solución de nuestro problema en la búsqueda de un acuerdo multilateral que cumpliera con las exigencias de la ley internacional y de la ONU.

Es incuestionable que el Gobierno marroquí no estaba contento con la forma de hacer política exterior de la predecesora del señor Albares, y nosotros pensamos que le hizo saber al presidente Sánchez que, para que los dos países mantuvieran buenas relaciones, otra persona debía hacerse cargo del Ministerio.

El caso es que su respuesta anunciando la conformación de un nuevo Consejo de Ministros constituyó una cesión que le ha obligado a admitir más propuestas ventajosas para Rabat a lo largo del tiempo. Y a la vista están los resultados: no hay avances palpables en lo que respecta a la nueva ‘hoja de ruta’ entre los dos países.

Por otra parte, Marruecos sabe que el Sáhara es, por definición jurídica, un territorio pendiente de descolonización y que las reclamaciones que ejerce sobre su soberanía carecen de fundamentos legales. Además, es consciente de que el tiempo se le agota porque el actual presidente de los EE. UU., Joe Biden, no ha seguido la política de la anterior administración en África del Norte. Por eso está presionando tanto a España.

Laya no pertenece a ningún partido de la coalición gobernante, aunque se declara de ideología progresista. En su momento, fue muy criticada por permitir que el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, entrara en España para recibir tratamiento hospitalario. ¿Pudo esta decisión costarle el puesto?

Yo diría que no, ya que la entrada de nuestro presidente en territorio español fue respaldada por los restantes miembros del Ejecutivo y consistió en una acción consecuente con la política de atención humanitaria que se viene desarrollando en este país por Gobiernos de todos los colores desde la década de 1980. De hecho, ya se había aplicado con otros dirigentes del Frente Polisario.

«CREEMOS QUE LA LABOR DEL ACTUAL MINISTRO DE EXTERIORES ES MUY PROCLIVE A LAS PRETENSIONES DE MARRUECOS» 

El ministro Albares es uno de los hombres de confianza del presidente Sánchez y su asesor en asuntos internacionales desde hace años. ¿Se le ratificó en la cartera de Exteriores para que ejecutara un giro diplomático hacia EE. UU.?

A nosotros no nos corresponde valorar las decisiones internas del Gobierno de España, pero creemos que la labor que ejerce el actual ministro de Asuntos Exteriores es muy proclive a las pretensiones de Marruecos. Entendemos que crea que es necesario el establecimiento de unas relaciones de buena vecindad con este país, pero pensamos que estas deben ser compaginables con la exigencia del cumplimiento de la legalidad internacional y del respeto de los derechos humanos.

A finales de 2020, el Frente Polisario dio por roto el acuerdo de cese al fuego declarado en 1991 entre las fuerzas saharauis y marroquíes. ¿Por qué?

Hay que entender que hemos aguantado esta situación durante 29 años. Siempre hemos querido una solución pacífica que se basara en la celebración de un referéndum de autodeterminación, pero también hemos advertido muchas veces que el fracaso de esa vía conllevaría al retorno de las acciones bélicas.

Hace dos años, un grupo de saharauis fue a manifestarse en una brecha fronteriza que el Ejecutivo marroquí había abierto de manera ilegal en el Guerguerat, entre el territorio ocupado del Sáhara Occidental y Mauritania, para traspasar sus mercancías y saquear nuestros recursos naturales. Nuestros conciudadanos fueron agredidos por las autoridades de ocupación y, por lo tanto, nosotros consideramos que estas habían roto el alto el fuego.

«NUESTRA INTENCIÓN ES ESCALAR EL CONFLICTO HASTA OBLIGAR A RABAT A NEGOCIAR O EXPULSARLE DE LA PARTE OCUPADA DEL SÁHARA OCCIDENTAL» 

¿Cómo describiría usted la evolución de los enfrentamientos desde entonces?

Ahora mismo, estamos desarrollando una guerra de hostigamiento. El Ejército marroquí está atrincherado detrás del muro que ha alzado entre los territorios liberados y los ocupados.

Nuestras fuerzas son las que llevan la iniciativa sobre el terreno, pero Marruecos está utilizando drones que bombardean lugares poblados por civiles saharauis, argelinos y mauritanos para desmoralizarnos. Estas acciones están prohibidas por el derecho internacional, que solo consiente el uso de estos dispositivos en guerras declaradas y reconocidas de manera pública.

Aun así, nosotros seguimos luchando. Nuestra intención es escalar el nivel del conflicto hasta obligar a Rabat a negociar o expulsarle de la parte ocupada del Sáhara Occidental.

Desde hace tiempo, ustedes vienen denunciando ante las autoridades internacionales un aumento de la represión contra el pueblo saharaui por parte de las fuerzas militares marroquíes. ¿De qué les acusan concretamente?

De cometer violaciones atroces contra los derechos humanos. Véase el caso de la activista Sultana Khaya, que quedó confinada en su propio hogar durante dos años por el mero hecho de colgar una bandera de la República saharaui en su azotea… Hay numerosos informes redactados por organizaciones humanitarias internacionales que hablan de casos parecidos.

Es indudable que los saharauis que viven en los territorios ocupados sufren una constante marginación social y todo tipo de crímenes. Queremos denunciar el silencio que algunos miembros de la comunidad internacional mantienen respecto a la situación de nuestros paisanos, y hacemos un llamamiento al señor Albares para que se declare en contra de este tipo de actuaciones marroquíes.

También le pedimos que exija que las delegaciones españolas que se trasladan hasta la zona no sean expulsadas por las autoridades marroquíes para que las personas que las conforman puedan comprobar si lo que denunciamos concuerda con la realidad o no.

«HEMOS FORMADO A NUEVAS GENERACIONES QUE ESTÁN PREPARADAS PARA ASUMIR EL RELEVO EN LA LUCHA»

Brahim Gali ha sido reelegido hace poco como líder de su organización, pero algunos de sus miembros más jóvenes también querrían tener acceso a los órganos dirigentes y aportar nuevas ideas y estrategias. ¿Comparte esta visión?

Por supuesto. El Frente Polisario es un movimiento de liberación que cumplirá el quincuagésimo aniversario de su nacimiento el próximo 10 de mayo. Aunque nuestro objetivo fundamental es conseguir la independencia del pueblo saharaui, tenemos nuestras preocupaciones, inquietudes y debates. No dejamos de adaptarnos a los tiempos que corren, y por eso hemos formado a nuevas generaciones que están preparadas para asumir el relevo en nuestra lucha.

Hablando de renovación, en España pronto se celebrarán elecciones generales. Si el PSOE perdiera sus escaños y sus socios de izquierda o la oposición conservadora tuvieran los votos necesarios para alcanzar la presidencia del país, ¿cree que se retiraría el apoyo de España al plan propuesto por Marruecos?

Nosotros tenemos un respeto total por los resultados electorales en todos los países. Lo que tenemos claro es que, sean quienes sean los encargados de gobernar a partir de este año, vamos a seguirles exigiendo el cumplimiento de sus obligaciones y responsabilidades con respecto al Sáhara Occidental.

Jayro Sánchez es periodista español.