Más de mil soldados ucranianos desertan de una brigada de élite recién entrenada en Francia

PASCUAL SERRANO

El pasado 15 de noviembre, la agencia Associated Press informaba de que la nueva brigada de varios miles de tropas ucranianas había sido entrenada en Francia y se unía a “la lucha contra la invasión de Rusia armados con tanques, cañones de artillería suministrados por Francia”.

Los ucranianos habían estado durante más de dos meses de intenso entrenamiento militar en el este y sur de Francia, por parte de un grupo de trabajo militar francés al que bautizaron con el festivo nombre de «Champagne».

El ejército francés dedicó alrededor de 1.500 de sus propios soldados al grupo de trabajo Champagne, que formó a los ucranianos sobre “cómo luchar eficazmente juntos y cómo usar y mantener su armamento suministrado por Francia”.

El ejército francés dijo que el arsenal de la brigada contaba con 128 vehículos blindados de transporte de personal VAB, 18 obuses autopropulsados Cesar y 24 obuses ligeros de ruedas y tanques AMX-10C así como con los famosos Leopard 2A4 alemanes y otros equipos occidentales

La agencia estadounidense lo contaba con este tono épico: “con drones de observación zumbando por encima y en medio de nubes de humo y ráfagas de disparos y explosiones, los soldados ucranianos realizaron ejercicios esta semana en un campo de entrenamiento militar francés, mostrando cómo han aprendido a defender y asaltar un complejo de trincheras como los de los frentes de batalla en Ucrania”.

La brigada ucraniana llevaría el nombre de la princesa Ana de Kiev, 155a brigada «Anna Kievskaya», que se convirtió en reina de Francia en el siglo XI al casarse con Enrique I, y según Ap, “podría resultar una fuerza formidable en los campos de batalla”.

Se trataba de la primera formación de combate importante de Ucrania entrenada exclusivamente fuera del país.

Los medios ucranianos también explicaban eufóricos el plan: “Actualmente, más de 2.000 soldados están terminando su último entrenamiento en Francia. La mayoría de ellos se movilizó recientemente y sólo habían recibido entrenamiento básico antes de llegar a Francia en septiembre. Mientras tanto, los entrenadores militares ucranianos continúan preparando tropas adicionales para la brigada de vuelta a casa”.

Incluso medios rusos recogieron la noticia.

Champagne, princesas y lo último en armamento, nada podía salir mal en la lucha contra los rusos.

Pues bien, de la vuelta a Ucrania, más de mil militares de esa 155a brigada desertaron al llegar al frente, a la ciudad de Pokrovsk, donde avanzaban las tropas rusas. Lo que dejaría totalmente inoperativa a la brigada de élite.

Ya el 15 de diciembre, el comandante al mando. Dmytro Ryumshin, antes de ir al combate, dejó el cargo. En un breve comunicado publicado en la página de Facebook de la brigada dijo que estaba agradecido con los soldados, suboficiales y oficiales por su «lealtad y profesionalismo», y afirmó que había sido un honor entrenar con ellos.

El periodista militar ucraniano Yuriy Butusov calificó a Ryumshin como “uno de nuestros mejores comandantes”, y explicó que este mando ya vio a cientos de soldados desertar durante el entrenamiento en Francia, porque los hombres asignados a la unidad no eran voluntarios sino civiles reclutados por la fuerza. «Recogieron a varios miles de personas de la calle, las vistieron con uniformes, nombraron un comandante y la llamaron brigada», afirmó.

Para Butosov, «este es el estilo típico de nuestros líderes, que no se responsabilizan de sus decisiones y para ellos la gente es simplemente prescindible».

La prensa ucraniana se hizo eco del desastre. La diputada ucraniana Maryana Bezuhla, que ya ha denunciado en varias ocasiones la ineficiencia militar, criticó la falta de dotación de la brigada y el la poca formación de los soldados.

El periódico ucraniano Kyiv Post preguntó por el escándalo al Ministerio de Defensa de Ucrania pero no obtuvo respuesta.

La deserción es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta actualmente el ejército ucraniano. El gobierno de Ucrania reconoce que «más de 100.000 soldados han sido acusados bajo las leyes de deserción de Ucrania desde que Rusia invadió el país en febrero de 2022». Todo ello ha llevado a al ministerio de Defensa ucraniano a avanzar en el reclutamiento forzoso de civiles, incluso el Gobierno de EE.UU. instó al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, a bajar la edad de reclutamiento a 18 años.

El problema es de tal magnitud que el Parlamento aprobó el 20 de agosto una nueva ley que permite a los que abandonan regresar de nuevo al ejército sin castigo tras recibir una primera amonestación.

Todo ello se ve agravado por las acusaciones de corrupción que denuncian los entramados de sobornos, mediante los cuales quienes tienen dinero logran evitar ir al frente.

Pascual Serrano es periodista y escritor. Su último libro es “Prohibido dudar. Las diez semanas en que Ucrania cambió el mundo”