Réquiem por un país
LEO ENSEL
Como suele decirse, no hay nada malo que no traiga consigo algo bueno: el estrechísimo fracaso del BSW, la Unión de Sahra Wagenknecht, único partido antibelicista del país, al no superar la barrera del cinco por ciento (que la deja fuera del parlamento) nos ha ahorrado al menos un ministro Habeck y otras plañideras verdes permanentemente ofendidas en el nuevo Gobierno federal. En el futuro, los lamentables tartamudeos y murmuraciones que producían vergüenza ajena, ya no se nos venderán como obras de grandes estadistas. Pero ese es también el único aspecto realmente positivo de estas “elecciones decisivas” -esta manida expresión es realmente apropiada ahora.
El partido unificado de los sargentos chusqueros
Exactamente tres años después de la invasión rusa de Ucrania, Alemania ha elegido un parlamento que no es otra cosa que una coalición de todos los partidos -o más bien un partido unificado- de armamentistas, destructores de capital y belicistas. Con la salida del Bundestag de políticos como Sahra Wagenknecht, Sevim Dağdelen y otros (muy pocos), el parlamento pierde las últimas voces consecuentes a favor de poner fin cuanto antes a la guerra en Ucrania, de una nueva política de distensión y de un futuro pacífico para nuestro continente. (El hecho de que, desde la perspectiva actual, estos políticos profesionales quizás se hubieran engañado a sí mismos al separarse del Partido de La Izquierda -Die Linke – es harina de otro costal…).
En vista de las sumas astronómicas de dinero que, en lugar de dedicarse a poner en marcha sus propias iniciativas diplomáticas para poner fin a los combates, se destinarán ahora, a prolongar las matanzas y las muertes en Ucrania, a un rearme demencial del Bundeswehr (Ejército federal alemán) y de la Unión Europea, y a una sociedad cada día más «belicosa», el próximo canciller federal de BlackRock, Friedrich Merz, y su estrecho socio socialdemócrata Boris Pistorius, pueden exclamar ahora, como el káiser Guillermo en el verano de 1914: «¡Ya no conozco partidos, sólo conozco alemanes! »
Después de todo, su «oposición» en el parlamento está formada exclusivamente por partidos que (como los Verdes y el Partido de Izquierda – Die Linke) piden que «se levanten inmediatamente las restricciones al uso de armas occidentales contra objetivos militares legítimos en territorio ruso» y/o están a favor de reintroducir el servicio militar obligatorio y aumentar el presupuesto para armamento mucho más allá del famoso dos por ciento del producto interior bruto.
Realmente no hay forma más cómoda de fustigar el tan cacareado «Zeitenwende» (el histórico “punto de inflexión”), incluido el nuevo despliegue de misiles de medio alcance y misiles de crucero exclusivamente en nuestro país ¡el año que viene!
Hundimiento autoinflingido
Por desgracia, sería demasiado fácil culpar de esta voluntaria auto dimisión de nuestro país únicamente a ominosas y oscuras fuerzas ocultas. El caso es que en esta extremadamente tensa situación geopolítica, la «paz» solo ha sido la cuestión más importante de todas para menos del cinco por ciento de los ciudadanos con derecho a voto. El periodista Patrik Baab lo resumió así la noche de las elecciones: «Los alemanes no votaron esa noche por el estancamiento, sino por la derrota. Un pueblo se dirige hacia su propio hundimiento». Nada más que añadir.
Leo Ensel es un investigador de conflictos y experto intercultural especializado en el espacio postsoviético y Europa Central y Oriental. En los ochenta realizó una contribución significativa al movimiento pacifista de Alemania Occidental con su libro sobre la incapacidad humana para temer adecuadamente la potencial autodestrucción de la humanidad. Ha investigado las imágenes recíprocas de los alemanes occidentales y orientales en los primeros años tras la reunificación, la superación de las falsas narrativas en el nuevo conflicto oeste-este, la desescalada y la restauración de la confianza.