Un informe del Congreso de EEUU reconoce el éxito de los medios rusos en América Latina

PASCUAL SERRANO

Bajo el título “Campañas de influencia rusa en América Latina”, el denominado Instituto para la Paz de Estados Unidos (USIP, por sus siglas en inglés) difundió hace unos días un informe sobre la importancia de la política comunicacional rusa en América Latina, y especialmente sus medios internacionales como la agencia Sputnik y la televisión Russia Today. El USIP es un instituto público no partidista, fundado por el Congreso, según señalan “con la misión de ayudar a prevenir, mitigar y resolver conflictos violentos en el extranjero”.

Entre otras cosas, el informe destaca que las políticas comunicacionales de Rusia han encontrado un terreno fértil en América Latina” para “contrarrestar el orden liberal occidental liderado por Estados Unidos”.

Reconocen que lo que ha hecho Rusia es, sencillamente, explotar “la desconfianza en Estados Unidos al caracterizar a este último como intencionado en la extracción de recursos y respaldar políticas económicas poco adecuadas para América Latina, ofreciendo a Rusia como una alternativa amigable y menos intrusiva”.

En cuanto al modus operandi ruso, nada diferente del resto de actores del teatro internacional: “Las operaciones de información exitosas amplifican los mensajes rusos a través de plataformas de medios aliadas de Rusia y redes de actores influyentes, incluidos periodistas, personas influyentes en las redes sociales, diplomáticos e intelectuales tanto de derecha como de izquierda”.

El informe también reconoce la influencia de los medios rusos hasta el punto de responsabilizarles de “la renuencia de los países latinoamericanos a proporcionar material a Ucrania o a participar en las sanciones a Rusia”. Según señalan los autores del documento, las campañas de Rusia en América Latina (que ellos denominan en el informe, “de desinformación”) “han estado activas desde principios de la presidencia de Vladimir Putin”, y “aumentaron en torno a las invasiones rusas de Ucrania en 2014 y 2022”.

Los autores del informe expresan su preocupación al comprobar que, a pesar de considerar América Latina su patio trasero y de influencia, la presencia de los medios rusos ha impedido que avancen muchos de los planes de Estados Unidos: “las operaciones de información de costo relativamente bajo y alto rendimiento han tenido un impacto significativo en América Latina. Sólo un país, Costa Rica, ha apoyado los esfuerzos de Estados Unidos por imponer sanciones a Rusia, a pesar de que América Latina es un ámbito de influencia primaria de Estados Unidos”.

La investigación señala a los gobiernos latinoamericanos “díscolos”: “En enero de 2023, el presidente venezolano Nicolás Maduro, el aliado más importante de Rusia en la región, promovió la máxima prioridad de Moscú en América Latina: la formación de una nueva América Latina, un bloque, compuesto por Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela, para ayudar a crear la economía multipolar”.

El informe señala cómo, con la iniciativa del presidente venezolano, diversos gobiernos progresistas se van liberando de la influencia estadounidense: “Maduro elaboró la propuesta de una nueva alianza de naciones continentales latinoamericanas y caribeñas tras consultar al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, al presidente argentino Alberto Fernández y el presidente colombiano Gustavo Petro, jefes de tres de los países más importantes de la región, que históricamente han sido fuertes aliados de Estados Unidos pero que ahora son amigos de Rusia”.

Los autores del informe expresan claramente la impotencia de Estados Unidos y el éxito del discurso ruso: “Las relaciones históricas, la afinidad ideológica y una historia de autoritarismo populista ayudan a explicar por qué algunos países latinoamericanos son receptivos al discurso nacionalista de Moscú y a mensajes antiimperialistas y antiestadounidenses”.

Sin duda, los objetivos del informe son los dos buques insignia de la información rusa, la televisión Russia Today y la agencia Sputnik: “con servicios en español en expansión e influyentes. Sus operaciones no sólo reciben financiación garantizada como parte de las ’empresas estratégicas relacionadas con la información rusa’ designadas por Putin, también se benefician de la coordinación de sus operaciones con las de otros actores estatales, incluidas las embajadas rusas en América Latina”.

Para Estados Unidos, históricamente con un discurso de defensa de la libertad de expresión, cuando se trata de medios rusos o afines en América Latina, se convierten en objetivo de guerra: “En el modelo ruso de guerra híbrida o no lineal, las acciones militares y no militares, incluidas las operaciones de información, están sincronizadas, incorporando principios clave de la guerra como se detalla en doctrina estratégica rusa. Los medios de comunicación alineados con Rusia en América Latina están profundamente arraigados en la ejecución de esta guerra no lineal y las operaciones de información son un elemento básico de sus ofertas”.

El documento reconoce que en América Latina existe una poderosa y subestimada estructura de medios que no se ponen a la orden de Estados Unidos, un “ecosistema” llegan a denominarlo: Para lograr su nivel de éxito en América Latina, a menudo subestimado, Rusia ha construido un amplio y diverso entorno de operaciones de información que se basa en medios estatales rusos en español, medios estatales latinoamericanos, aliados en las redes sociales y sitios web que se alinean con Rusia en temas clave. Esta serie de cámaras de eco es utilizada por actores, casi todos experimentados y disciplinados ‘súperdifusores’ de desinformación”.

Estos “súperdifusores han transformado el panorama mediático latinoamericano”. Para su desgracia, y como ellos mismos reconocen, “en muchos lugares, los medios de comunicación estatales rusos se consideran legítimos, fuentes de noticias alternativas a los principales medios de comunicación nacionales, estadounidenses y europeos”.

A continuación, intentan cuantificar la influencia y audiencia de los medios rusos en América Latina, a pesar de las medidas de censura contra ellos en las redes sociales. Señalan que “RT está disponible en todos los países en varias plataformas, incluidos canales de televisión básicos, su propio sitio web y, antes de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, en YouTube. Desde la invasión, YouTube ha eliminado de su plataforma los canales exclusivos de Actualidad RT y Sputnik Mundo. Las cuentas oficiales de Twitter y las de los miembros más destacados de ambos canales fueron etiquetadas como ‘medios afiliados al gobierno ruso’, pero esas etiquetas han sido eliminadas”.

Los autores del informe reconocen que los datos no son de su agrado: Algunos datos indican que los medios de comunicación rusos han seguido teniendo un buen desempeño después de la invasión de Ucrania. Actualidad RT mantiene su presencia en Facebook y tiene 17 millones de seguidores, y RT Play (centrado en noticias “ligeras” y humor con fines propagandísticos) tenía casi 6,3 millones de seguidores al 14 de junio de 2023. La cuenta de Twitter en español de Actualidad RT tenía 3,4 millones de seguidores en la misma fecha. Su sitio web en español tuvo 13,9 millones de visitantes en noviembre de 2022. Casi la mitad de las visitas procedieron de Venezuela (19,2 por ciento), México (15,1 por ciento) y Argentina (14,3 por ciento). Aunque se han cancelado algunos acuerdos para compartir contenidos, RT ha desarrollado otros, y su programación es atractiva por su alta calidad”.

También presentan estudios para valorar su influencia y observan este panorama de superioridad arrolladora de los medios rusos en América Latina: “entre los 100 principales influencers de Twitter en las protestas masivas en Chile y Colombia en 2019, Actualidad RT ocupó el noveno lugar en Chile y segundo en Colombia. La emisora occidental con el ranking más alto fue la alemana Deutsche Welle en español, en el puesto 47 en Chile y 44 en Colombia. TeleSur, el principal sustituto de los medios rusos, ocupó el puesto 77 entre los influencers colombianos y el 26 entre los chilenos. El oficial US Voice of America, el medio más cercano al gobierno estadounidense, no apareció entre los 100 primeros”.

Es evidente que esa superioridad muestra el hartazgo y desconfianza de las audiencias latinoamericanas hacia los medios occidentales estadounidenses y europeos, e incluso los latinoamericanos que replican la misma línea informativa. Hay múltiples indicios de que Actualidad RT se ha arraigado en el panorama mediático regional. En diciembre de 2022, tres miembros de su personal recibieron premios por la cobertura internacional de la “operación militar especial” de Putin en Ucrania por parte del prestigioso Club de Periodistas de México (Club de Prensa Mexicana). El embajador ruso en México asistió a la ceremonia y dijo que los premios ‘apoyan nuestra lucha contra el terrorismo’”, señalan.

El documento no duda en calificar la situación en Latinoamérica de “éxito de Actualidad RT y Sputnik Mundo”. Desesperadamente hablan de sus alianzas, diseminadores, influencers como una macroestructura perversa: “Estos influencers a su vez proporcionan contenido a una red de plataformas de medios tradicionales, plataformas de redes sociales y miles de sitios web que enlazan entre sí otros con publicaciones que se hacen eco de las narrativas ruso-bolivarianas”.

Por último, el propio informe reconoce que tiene como objetivo ofrecer “recomendaciones a los responsables políticos estadounidenses sobre cómo hacer retroceder, en una época de recursos limitados, los amplios esfuerzos de expansión de Rusia en América Latina”. Es decir, precisamente lo mismo que pretenden hacer los medios de comunicación rusos pero con Estados Unidos, “hacer retroceder los amplios esfuerzos de expansión de Estados Unidos en América Latina”.

Una vez conocido este informe, se comprende que sólo le queda una opción a Estados Unidos y a la Unión Europea para contrarrestar a los medios rusos: prohibirlos, que es lo que ha hecho la Comisión Europea. Triste evolución para los que se presentaron como defensores de la libertad de prensa en el mundo.

Pascual Serrano es periodista, analista de medios y escritor. Su último libro es “Prohibido dudar. Las diez semanas en que Ucrania cambió el mundo”