Cuando los yihadistas de Al Qaeda son buenos

PASCUAL SERRANO

Los milicianos del denominado Organismo de Liberación del Levante (HTS) han tomado el poder por las armas en Siria y han derrocado al presidente Al Asad, que tuvo que huir del país.

El HTS es una rama de Al Qaeda liderada por Abu Mohammad Al Jawlani. Este yihadista combatía en las filas de Al Qaeda en Iraq contra Estados Unidos tras la invasión de 2003. Más tarde se trasladó a Siria y creó Al Nusra, la franquicia de Al Qaeda en Siria. Allí recibió el apoyo del máximo líder del Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi.

En julio de 2016, Al Jawlani disolvió Al Nusra y fundó HTS en coalición con otros cuatro grupos yihadistas salafistas de la región. Los informes del Consejo de Seguridad de la ONU en 2018 seguían reflejando los vínculos entre Al Aqeda y HTS.

De hecho, HTS está considerada como una organización terrorista por el Consejo de Seguridad de la ONU y por países como EEUU, Turquía, Reino Unido y la Unión Europea. La embajada estadounidense en Siria anunciaba en 2017 una recompensa de 10 millones de dólares por la captura de Al Jawlani.

Hoy, un grupo yihadista del entorno de Al Qaeda acaba de tomar violentamente el poder en un país que comparte costa mediterránea con nosotros, está a dos horas de avión de la UE y limítrofe con la OTAN. No parece una buena noticia, sin embargo no nos van a presentar así ni a esta escisión siria de Al Qaeda ni a su lider Al Jawlani.

El motivo que justifica a ojos occidentales este golpe militar es que el derrocado gobierno de Al Asad era socio de Rusia, del Líbano y de Irán, por tanto ahora los terroristas islámicos se ven ya de otra forma en Occidente. Toca hacer la oportuna campaña para blanquearlos. Según el diario El País, los de Al Qaeda lo que han hecho es liberar Siria y titulan: Voces desde la Siria liberada: “Tras 14 años de opresión y tortura, lo conseguimos”. En Eldiario.es, “los insurgentes sirios han puesto fin a más de 13 años de guerra civil”. Que sería como decir que en España, en 1939, los insurgentes de Franco pusieron fin a tres años de guerra civil.

En cuanto a las figuras del periodismo progresista, todos se suman a la alegría de la llegada de los yihadistas al gobierno de Siria. “La idea era que [toda la familia] se juntasen todos allí [en Alemania] dejando atrás la Siria de Asad. Desde hoy el plan igual cambia y quién sabe si acaba regresando con su familia”, dice Fer González Gonzo, en referencia a una adolescente siria que conoció en Belgrado.

Íñigo S. Ugarte, exdirectivo de Eldiario.es, no disimula su alegría y esperanza: “el futuro de Siria es algo imposible de saber ahora. Lo primero es pensar en todos aquellos que murieron en la represión, fueron encarcelados o tuvieron que huir al exilio. Tienen derecho a pensar que tendrán un país mejor”.

En Público, Leila Nachawati nos los vende así: “HTS enfatiza la búsqueda de unidad y apela a conceptos de justicia, libertad y dignidad, evocando las aspiraciones revolucionarias de 2011. También destacan llamamientos a “garantizar la seguridad y estabilidad de las áreas liberadas, evitando acciones de venganza”, y a practicar “la compasión, el perdón y el trato humano hacia prisioneros y heridos”.

En cuanto a las reacciones políticas en España, he buscado en las redes del PSOE, PP, Sumar y Vox y no hay ninguna mención a lo que pasa en Siria, les parece irrelevante al parecer. O quien calla otorga.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores emitió un comunicado donde señalaba sus deseos de que “los acontecimientos históricos que vive el país conduzcan a una transición política pacífica e inclusiva”. Utilizar el término transición presupone aceptar y legitimar a los milicianos yihadistas como nuevo gobierno de Siria. También llama la atención el uso del eufemismo “acontecimiento histórico” para la toma del poder por las armas, derrocamiento y huida del anterior presidente.

Entrevistado por RTVE, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se ha centrado en que “la comunidad española en Siria está bien” y afirmó que “confía en que Siria sea un país estable y que no se balcanice”. Sobre la democracia, los derechos humanos y demás asuntos en los que los de Al Qaeda no están muy puestos, no hace referencia.

Y en cuanto a la ONU, el enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, expresó su deseo para establecer acuerdos de transición estables e inclusión en el país árabe, tras la caída del Gobierno de Bachar el Asad.

Es impresionante, lo que les cuesta a algunos líderes conseguir que Occidente y la ONU reconozca sus victorias electorales y lo fácil que se les reconoce a otros que llegan al gobierno subidos en un tanque y con un fusil.

No nos extrañemos de que pronto empiecen a levantar las sanciones que la Unión Europea tenía contra Siria.

El blanqueamiento de los islamistas de HTS es tal que hasta aparecen las voces feministas en redes afirmando que ahora, sin Bachar El Asad, Siria esta libre y que “las mujeres sirias celebran por todo lo alto y con tremenda emoción la caída del sátrapa Bachar El Asad”. Nunca pudimos imaginar a las mujeres de un país celebrar la toma del poder de los de Al Qaeda.

De hecho, entre la letra pequeña de las crónicas, observamos que “en Alepo ya han establecido una policía de la moral para asegurarse de que las mujeres se tapan el pelo”. Toda una transición como afirma el ministerio de Exteriores español.

Nuestros líderes occidentales, indignados con la misoginia y homofobia de Orban no han hecho ninguna referencia a la opinión que tendrán los muyahidines sirios de mujeres y homosexuales. Cómo cambia cuando el homófobo es prorruso o antirruso.

Otro elemento a analizar es la relación de esta situación con Israel. Lo primero que llama la atención es que, de todos los enemigos del sionismo, han ido a derrocar precisamente al laico. Ni Hamas, ni Hezbolláh, ni Irán; ha sido el panarabista socialista Al Asad al que han tumbado.

Podríamos pensar que un gobierno islámico en Siria no es una buena cosa para el judaísmo israelí pero, cosas vieres, porque tras la llegada de los yihadistas, el ejército israelí ha consolidado posiciones en la zona ocupada por Israel en territorio sirio, en los altos del Golán. Hasta soldados israelíes han avanzado en zona siria y se han fotografiado en Monte Hermon. Y eso que es una zona cuya presencia israelí no está reconocida internacionalmente y donde hay cascos azules de la ONU.

No se trata en este texto de defender a Al Asad, lo que sí hacemos es no comernos el sapo de que unos salafistas salidos de las filas de Al Qaeda están liberando Siria.

La conclusión es sencilla. La hipocresía y el cinismo occidental es tal que ser una rama de terrorista de Al Qaeda no es ningún problema si sirve para enfrentar a Rusia, Palestina o Irán. Del mismo modo que en los ochenta Estados Unidos financió talibanes para combatir a soviéticos en Afganistán, ahora no dudamos en apoyar islamistas similares porque sirven contra rusos e iraníes. Y si hay que convencer a la audiencia de que son “rebeldes” y “luchadores por la libertad” de Siria, se hace. Lo de los derechos humanos y especialmente de las mujeres es pecata minuta, a ellas quien les agrede es Trump en los mítines, no estos islamistas sirios.

Eso sí, ya pudimos ver cómo nos salió lo de alimentar a Al Qaeda en Afganistán.

Pascual Serrano es periodista y escritor. Su último libro es “Prohibido dudar. Las diez semanas en que Ucrania cambió el mundo”

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