EUGENIO GARCÍA GASCÓN
Los dirigentes israelíes presumen de disponer de un servicio de inteligencia excepcional y así es, un servicio de inteligencia que sabe al minuto lo que se cocina en los despachos más secretos de Teherán, que es capaz de entrar en una central nuclear iraní y sacar decenas de archivadores con los planes detallados del programa de desarrollo nuclear, o que es capaz de asesinar a científicos nucleares en el corazón de ese país.
Pues bien, ese mismo Mosad, tan mimado por sus jefes, no ha sido capaz de olerse lo que durante meses estaba preparando Hamás con la asistencia y el aparente visto bueno de las autoridades de la república islámica, el mayor enemigo de Israel.
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