Una “nueva internacional reaccionaria”: cómo Elon Musk propaga sus ideales fascistas en Europa

MARIUS THIRION ROSZYK

Si Donald Trump inició el 20 de enero su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, se lo debe en parte a su nuevo amigo Elon Musk. Poco rencoroso, el multimillonario americano ha ofrecido el nuevo Ministerio de “Eficiencia Gubernamental” al hombre que, en 2022, le consideraba “demasiado viejo para ser presidente de cualquier cosa, y muchos menos de los Estados Unidos de América”.

Cabe recordar que Musk utilizó su considerable influencia para que ganara el candidato republicano, ocupando el espacio público como nunca antes. Gastó más de 260 millones de dólares durante la campaña, invirtiendo en particular en anuncios que defendían la posición de Trump en el espinoso tema del aborto. En paralelo, intervino en varios mítines para animar a los votantes, sobre todo en los estados indecisos, a votar republicano.

Por último, en los meses previos a las elecciones, Musk aprovechó su dominio sobre la red social X (antes Twitter) para difundir un torrente de falsas informaciones: según el Center for Countering Digital Hate, más del 87% de sus publicaciones este año han promovido afirmaciones falsas o engañosas sobre las elecciones estadounidenses. Sus publicaciones acumularon 1.700 millones de visitas, el doble de visitas que todos los anuncios políticos de la plataforma juntos durante el periodo electoral.

Ahora, las nuevas ambiciones políticas del presidente de Tesla y Space X ya no se limitan a Estados Unidos. La política europea se ha convertido en su nuevo campo de expresión favorito, con el objetivo asumido de promover una ideología fascista similar a la que ha ampliamente propagado en EE. UU.

En el marco de las elecciones alemanas (el próximo 23 de febrero), Musk apoyó abiertamente al partido de extrema derecha AfD en su red social, en una tribuna publicada en el periódico Die Welt y en un diálogo con su líder Alice Weidel, retransmitido el 9 de enero en su red social X.

Luego, Musk centró su atención en el Reino Unido, criticando al primer ministro laborista Keir Starmer por su laxitud en un caso de violación en serie durante su etapa como fiscal. Aprovechó la ocasión para prestar su apoyo al extremista Tommy Robinson, actualmente en prisión por desacato al tribunal. Robinson es conocido por haber fundado la Liga de Defensa Inglesa, un grupo de extrema derecha e islamofóbico británico.

Antes, el empresario ya había fuertemente criticado a la Unión Europea, acusándola de ser demasiado burocrática (e, implícitamente, de tener una legislación demasiado restrictiva con empresas tecnológicas como X).

Ante estos reiterados ataques, Keir Starmer denunció en una rueda de prensa a “quienes difunden mentiras y desinformación”. También acusó a la oposición conservadora de “amplificar las opiniones de la extrema derecha”. Efectivamente, la jefe del partido conservador, Kemi Badenoch, había aprovechado la polémica para pedir una nueva investigación nacional sobre estos casos de violación. El canciller alemán Olaf Scholz y el presidente francés Emmanuel Macron han adoptado una postura similar, acusando a Elon Musk de promover una “nueva internacional fascista” y de “interferir en la política del Viejo Continente.

Sin embargo, la Unión Europea ha permanecido, hasta ahora, en silencio. De hecho, algunos líderes europeos como Giorgia Meloni y Viktor Orban afirman abiertamente su cercanía ideológica con Donald Trump. Por lo tanto, es difícil que los 27 Estados miembros hablen con una sola voz sobre el tema. También, varios estados se enfrentan a una intensa presión económica: al frente de Tesla, Elon Musk emplea a 10,000 personas en Alemania, en un sector en declive, pero vital para la economía alemana. Este inmovilismo plantea interrogantes, a pesar de la clara legislación europea que prevé la posible prohibición de la red social X si se infringen sus normas.

La situación es aún más preocupante si tenemos en cuenta las razones de la injerencia de Musk en la política europea: en 2022, adquirió Twitter como parte de un experimento político que buscaba medir el impacto de las redes sociales en los procesos electorales. Utilizó la plataforma para favorecer la candidatura de Donald Trump y asegurar su victoria en las elecciones presidenciales.

Este enfoque parece haber rendido frutos, ya que ahora Elon Musk está ampliando su estrategia al panorama internacional. Sus objetivos principales son los países más poblados de Europa, donde busca fomentar movimientos de corte populista y ultraderechista. Su hipótesis detrás de esta maniobra es que, si logra influir en los grandes estados europeos, los países más pequeños seguirán el mismo camino.

Además, Musk no está solo en esta iniciativa. Se le ha unido un grupo de influyentes empresarios tecnológicos, como Peter Thiel (cofundador de Paypal) y David Sacks (especialista en inteligencia artificial y criptomonedas) quienes comparten su afinidad política hacia Trump y están dispuestos a invertir recursos significativos para promover su agenda en Europa.

Las razones de esta iniciativa son claras: cuando la extrema derecha alcanza el poder, tiende a alinear los intereses del país con los del sistema oligárquico global, del cual forman parte Elon Musk y sus amigos. Por ejemplo, en Italia, el gobierno posfascista de Giorgia Meloni está negociando un contrato de 1.500 millones de euros con SpaceX para sistemas de comunicación seguros. En respuesta a las criticas de varios partidos de oposición, la jefa del gobierno sostuvo que Musk “no representa un peligro para la democracia europea”.

A pesar de los llamados a la calma de Meloni, la situación es clara. Estamos al principio de la puesta en marcha de la maquinaria fascista a escala mundial. Si los gobiernos europeos y la UE no actúan con rapidez, la oligarquía fascista pronto será demasiado global y poderosa para detener el inevitable deslizamiento de nuestras sociedades hacia el autoritarismo y la división.

Marius Thirion Roszyk es politólogo. Experto en relaciones internacionales y medios de comunicación.
MARIUS THIRION ROSZYK

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