China : a un plan de la cima
XULIO RÍOS
Del 20 al 23 de Octubre, el Comité Central del PCCh celebrará una sesión plenaria que, según se ha anticipado, estará centrada en el XV Plan Quinquenal (2026-2030), el documento estratégico que debe guiar el curso de China en el próximo lustro.
Habitualmente, entre congresos, los cuartos plenos prestan atención, entre otros, a la preparación de políticas estratégicas, estableciendo objetivos de largo plazo pero igualmente enfatizando el doble carril del fortalecimiento del liderazgo del Partido.
En el curso del XIV Plan Quinquenal que ahora finaliza, China ha seguido avanzando, incluso afrontando con cierta holgura la guerra comercial y tecnológica, demostrando que ya no se la puede intimidar fácilmente (las tierras raras se han convertido en su principal carta de negociación con Washington). La producción manufacturera china representa más del 35% del total mundial y se está poniendo al día con EEUU en todos los campos y en algunos ya es líder mundial. China se asoma a la cima.
La Administración Trump parece haberlo comprendido y es posible que, tras los encuentros mantenidos en Ginebra, Londres, Estocolmo y Madrid, más pronto que tarde ello se plasme en un acuerdo comercial, aunque subsistan las tensiones estratégicas.
A nivel interno, los desafíos son fácilmente identificables: cierta atonía económica, especialmente apreciable en la demanda interna, altas tasas de desempleo juvenil, estancamiento de los salarios promedios, la compleja higienización inmobiliaria, la insuficiencia de los ingresos fiscales y la deuda de los gobiernos locales; también problemas estructurales significativos como la baja tasa de natalidad. Complementariamente, en el curso del plan vigente, se ha clarificado el nivel de apoyo a la economía privada.
En el ecuador del próximo plan quinquenal, un año clave: 2027. No solo por el centenario del Ejército Popular de Liberación, que también, sino, especialmente, por la celebración del XXI Congreso del PCCh. Lo más verosímil es que Xi Jinping siga en el poder (tendrá 74 años), pero debiera entonces ofrecer indicaciones precisas sobre la sucesión en el liderazgo en 2032.
Expectativas
El XV Plan Quinquenal debe trazar la hoja de ruta y las acciones específicas para los primeros cinco años del camino hacia 2035. Se espera que sea el plan más ambicioso y transformador hasta la fecha, enfocado en superar los cuellos de botella actuales y sentar las bases definitivas para la modernización.
Conceptualmente, las directrices para el desarrollo económico y social de China en el próximo periodo deben representar un “logro decisivo hacia la modernización socialista”. Para ello, habrá que disponer medidas que deben representar puntos de inflexión significativos en tres áreas concretas: el avance económico, mejorando la calidad del desarrollo y la estructura institucional; la estabilidad social, con el foco en la prosperidad común y la disminución de las desigualdades; y la reafirmación del liderazgo político, con acento en la disciplina y la mejora institucional de la gobernanza.
Entre los asuntos centrales, cabe referirse a la importancia de acelerar la autosuficiencia tecnológica y la innovación de vanguardia, acentuando el enfoque en tecnologías clave, reflejo de una máxima priorización de la ciencia y tecnología (se espera una nueva ola de grandes inversiones estatales y estímulos para que el sector privado invierta en I+D básica y aplicada).
Un segundo eje nos remite a la necesidad de consolidar el crecimiento de alta calidad y la transformación del modelo económico más allá del indicativo de los dígitos, apostando por el consumo interno y la manufactura avanzada (desarrollo de industrias verdes, vehículos eléctricos, inteligencia artificial, etc.). En la misma línea, avanzar en la transición verde con objetivos y políticas concretas para alcanzar el pico de emisiones antes de 2030.
En lo social, reducir las desigualdades y fomentar la «prosperidad común» con un impulso de las políticas redistributivas y la mejora de los servicios públicos, representa un imperativo insoslayable.
El desafío demográfico urgirá la adopción de políticas más audaces para afrontar el envejecimiento poblacional o aumentar la tasa de natalidad, pero también desarrollar un sistema de pensiones sostenible y disponer los medios para una atención digna a las necesidades de las personas mayores.
Por tanto, el XV Plan Quinquenal (2026-2030) se espera que multiplique los esfuerzos en superar las vulnerabilidades, con especial primacía a lo tecnológico, lo social, lo ambiental, ese impulso que centra la gestión del PCCh desde hace tres lustros de forma persistente.
Visión 2035
El XV Plan Quinquenal debe contextualizarse en el marco de la Visión 2035, ideada para dar cumplimiento al primer tramo del xiísmo.
Dicha formulación estratégica fue concebida para convertir a China en un país socialista modernizado de manera integral para el año 2035. Este objetivo es un hito intermedio crucial en el camino hacia el «sueño chino» de rejuvenecimiento nacional, que se pretende alcanzar plenamente para 2049, el centenario de la República Popular China.
En esencia, la Visión 2035 consiste en una transformación profunda de China en todos los ámbitos, pasando de ser una sociedad de ingresos medios a convertirse en un país de ingresos altos y una potencia global líder en varios frentes. Atendiendo a su contenido formal, las áreas preferentes de atención son el desarrollo económico e innovación, la modernización del sistema de gobernanza, el bienestar social y la calidad de vida, la civilización ecológica y sostenibilidad, la seguridad nacional y la soberanía, la confianza cultural y la fidelización de los valores socialistas.
La Visión 2035 de China es, por tanto, un plan integral y ambicioso que busca no solo el crecimiento económico, sino una modernización total de la sociedad, la tecnología, la gobernanza y el medio ambiente, posicionando a China como un actor central y autosuficiente en el escenario mundial para la mitad del siglo XXI.
Atendiendo a esa hoja de ruta, el XV Plan Quinquenal instará a pisar el acelerador en esa dirección, reafirmando las prioridades estructurales.












